Desde Bolivia, tres nombres se escuchan al término de los trabajos periodísticos que nos acercan a la realidad de ese país andino. Tras la lente de la cámara han estado, durante un año, la sensibilidad y la sagacidad de un holguinero: Eddi de la Pera.
Por Liudmila Peña Herrera

El indígena Esteban Claro ayuda a Eddi en el cruce del río San José, en Villa Tunari, en el departamento de Cochabamba
A horcajadas sobre el indígena, nada le preocupa más que capturar la imagen perfecta. Abajo, el río San José acecha, como caimán de fauces abiertas, a quienes se atreven a colgarse del gancho para salvar la distancia entre una y otra orilla. Arriba, las dos cuerdas soportan el peso de cada “transeúnte”, en el peligroso avance ayudado por las manos.
Trata de cruzar una vez, pero la poca práctica se lo impide. Después, ayudado por Esteban Claro, nativo del lugar, lo hace una, dos, tres veces, cuidando cada plano como si fuese único.
Es la segunda oportunidad en que Eddi de la Pera, “camarógrafo estrella” de Tele Cristal, como le llaman algunos de sus colegas, desanda los lugares más agrestes de la geografía boliviana. Cazador de imágenes, empedernido cultor de la estética en la fotografía, nada le provoca más que el riesgo y los trabajos donde creatividad y originalidad marcan la diferencia.
Hace poco más de un año, partió hacia la tierra de las llamas, donde ondea la wiphala, bandera solemne de siete colores del pueblo aymara; la misma que vio alzarse al Che entre los mortales para convertirse en símbolo de libertad para el mundo. Sigue leyendo →
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