Por Liudmila Peña Herrera
General de las tres guerras, dueño de uno de los caracteres más fuertes de la historia independentista nacional, comparable con los grandes libertadores del continente, de elevada cultura y gallardía. Quienes lo conocieron le describían como un general inglés: alto y robusto, de ojos claros y aire aristocrático. A veces violento y dominante; otras sutil y enamorado, como si no fuese suficiente con un matiz, como si necesitase exteriorizar su potencia para cargarse después de cariño y humorismo.
Demasiado fue su valor como para que la historia le olvide. Demasiada gloria y dolor en un solo corazón para sepultar su memoria en los fríos pedestales de los héroes imposibles de alcanzar. Por eso, hay quienes no se conforman con que los textos básicos de Historia cubana reseñen sus proezas. Entonces hurgan en los legajos empolvados de los archivos y sacan a la luz amores de hombre, desconsuelos de padre, chistes cubanísimos nacidos del descanso en la manigua… Preciado regalo es el texto “Así fue Calixto, el Mayor General”, un libro escrito por el periodista Nicolás de la Peña (Editorial La Mezquita, 2012), donde desentierra los sentimientos de uno de los holguineros más avezados en las tácticas militares. Sigue leyendo