
Por Abdiel Bermúdez Bdez
Eva estaba en Malecón cuando la caravana avanzaba para dirigirse al cuartel de Columbia. “El pueblo estaba loco de felicidad. Todo el mundo gritaba Vivas a los rebeldes, los saludaban, corrían a su lado. Fíjate, es lo más cerca que yo he estado de un héroe de carne y hueso, porque aquellos eran héroes, ¿oíste?”, aclara como para despejar las dudas si alguien constriñera la heroicidad a los libros de historia.
“Fue un presagio, periodista, un presagio de amaneceres”. Sara tenía apenas 5 años, pero recuerda como si fuese hoy el momento en que el padre la tomó en brazos y salió corriendo para la calle, como chiflado. “Yo nunca había visto a mi padre así, y como él había miles de personas rodeando los camiones a medida que avanzaba la caravana. Pero mi papá me montó en los hombros y pude verlos bien clarito, mientras me voceaba que mirara bien, que eso era lo más grande que se había visto en esta vida”. Y ella se aferraba fuerte a su cabeza, y le decía que sí, que era verdad, que era cierto. Sigue leyendo →
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